La desmalvinización les dijo: “chicos de la guerra”, para nosotros son Héroes

Este ha sido un 2 de Abril distinto, sin desfiles, sin actos conmemorativos, sin gente en la calle con sus escarapelas. Todo esto, a causa del aislamiento social obligatorio que nos mantiene a cada uno encerrados en nuestras casas. Ahora bien, que no se pueda salir a la calle, no significa que la virtud del patriotismo tenga que quedar olvidada en el fondo de nuestro corazón.

Muchas familias se las han ingeniado para recordar a los veteranos y a los caídos de Malvinas poniendo banderas argentinas en las ventanas o en los balcones. Los bomberos de nuestra ciudad hicieron sonar sus sirenas a la medianoche, mientras que en algunos barrios se pudo escuchar el Himno Nacional, proveniente de alguna casa, seguido de aplausos de los vecinos.

Como decíamos, un Día del Veterano y los Caídos distinto, en casa, mirando por televisión algunos homenajes, o sumándonos a algún aplauso masivo en el barrio.

La realidad actual nos permite, ver al Ejército en la calle, brindando servicio a la Patria. Lejos quiero estar de comparar la gesta de Malvinas con la ayuda que prestan en este momento los Soldados, pero lo cierto, es que ambas cosas son un servicio a la Patria y de lo que si estoy segura es de que aquellos hombres que dieron todo en Malvinas, inspiran hoy a los que vemos en la calle o hasta en hospitales de campaña.

Esto que reflexionamos me hace acordar de que me crucé con uno de ellos el 8 de agosto de 2018 en las inmediaciones del Congreso, cuando fuimos a defender la vida.

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Él estaba repartiendo mate cocido, bajo la lluvia, para que la noche no nos parezca tan fría y nos quedemos en nuestro puesto, como lo hicieron ellos en Malvinas.

Era un hombre de barba blanca, yo no sabía ni como se llamaba, pero era un veterano de Malvinas, hice la fila para obtener mi bebida caliente y cuando lo tuve en frente me quedé observándolo, sabiendo que tenía frente a mis ojos a un pedazo de historia viviente, me dio tanto orgullo que, no me salió más que decirle “Gracias, no por el mate cocido, por su servicio”. Me miró, sonrió y siguió con su labor.

Ellos estaban ahí, con sus pañuelos celestes por qué siguen luchando por su Patria a pesar de los años, a pesar de las heridas, siguen demostrándonos que nuestra Argentina necesita más gente como ellos.

“Valió la sed, el hambre, la fatiga.

Y sobre todo… valió la sangre y la muerte batallando.

El testimonio irreversible de todos los caídos.

El ejemplo para siempre de los que regresaron nunca.

Porque morir en la avanzada es ser lumbre y simiente,

es convertirse en promesa del Triunfo.” 

                                                             Antonio Caponnetto

 

J.M.

¡Viva la Patria!

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